sábado, 30 de abril de 2011

Comentario del Martirio de San Felipe, José de Ribera

Realizado al óleo sobre lienzo por José de Ribera en 1639, en época de madurez del artista. Esta obra pictórica se enmarca en el barroco español. Posiblemente fuera realizado para Felipe IV que llevaba en el nombre el patrocinio del santo.
La escena está tomada de la Leyenda Dorada. En el cuadro, con un sentido muy barroco y realizando el movimiento en acto, se pinta el momento en que están preparando la crucifixión del santo. San Felipe estaba predicando y es crucificado pero no con clavos, sino atado al palo de la cruz con cuerdas.
La composición gira en torno a dos diagonales claras; una de ellas está formada por el brazo y el cuerpo del santo que presenta escorzo; la otra está trazada por las figuras que se ven a la derecha y la espalda del sayón que sujeta al santo por los pies. Estas formas contrastan con la verticalidad del palo de la cruz. Además se ofrece un oposición entre el esfuerzo que hace el grupo de sayones de la izquierda para subir el cuerpo y el peso del cuerpo del santo, que en actitud mísica de abandono total en manos de Dios, pesa hacia la tierra.
El cuadro se completa con unas figuras, a la derecha, que asisten al espectáculo comentando lo que está ocurriendo y otras que se encuentran a nuestra izquierda, y que parecen ausentes. Entre estas figuras se encuentra una mujer con un niño en sus brazos, como un contrapunto tierno a la crueldad del momento.
Los escorozos de algunas figuras son violentos. El fondo con un cielo luminoso azul. El tenebrismo continúa pero atemperado, como se ve por ejemplo en el rostro del santo.
El modelado del cuerpo es de un gran realismo; está perfectamente hecho; el rostro es realista, de alguna persona cercana al círculo del artista. Hay naturalismo, la crueldad es más manifiesta. Los cuerpos están deformados por el esfuerzo y la tensión.

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