Se trata de una pintura del pintor aragonés Francisco Goya y Lucientes, titulada El tres de Mayo de 1808 o Los fusilamientos de la Moncloa.
La pintura está realizada sobre un lienzo utilizando la técnica del óleo.
El famoso cuadro de los fusilamientos narra uno de los sucesos ocurridos en Madrid a comienzos del mes de mayo de 1808: tras la revuelta iniciada el día 2 por el pueblo madrileño contra los invasores franceses, éstos hicieron numerosos prisioneros, a muchos de los cuales acabaron fusilando en la noche del 3 de mayo. Esta es la escena que describe Goya en la obra: la ejecución de una serie de patriotas españoles a manos de un pelotón de soldados franceses.La escena transcurre de noche y se ilumina mediante un foco de luz artificial que emana de un farol situado entre los dos grupos de personajes. Pero la luz no los enfoca por igual: ilumina con mayor claridad al grupo de los españoles, mientras deja casi en la penumbra al de los franceses. Cada grupo está descrito de una forma bien diferente. Los soldados franceses, cuya formación se presenta en diagonal, dan la espalda al espectador, de forma que no podemos ver el rostro de los personajes. Por el contrario, el grupo de los españoles se organiza en la diagonal opuesta; sus miembros están de frente al espectador, que puede apreciar distintas actitudes ante la muerte: desde el patriota que la afronta alzando los brazos y mirando de frente a sus ejecutores, hasta aquellos que tiemblan, sufren o rezan antes de morir. Junto a ellos, a su izquierda, yacen los cuerpos de otros españoles fusilados momentos antes; su sangre es bien visible.
El fondo del cuadro se cierra a la izquierda con un paisaje poco definido, tras el que se recortan a la derecha los perfiles de una ciudad (Madrid) en la que se distingue con claridad la silueta de una torre. En la zona superior del cuadro, la oscuridad de la noche lo envuelve todo.
En todo el cuadro son bien perceptibles los contrastes entre luces y sombras, así como el empleo por parte de Goya de una pincelada suelta en la que el pintor ha recurrido a una paleta cromática bien reducida, en la que predominan el blanco, los negros y grises los ocres y el rojo. Por otro lado, Goya ha buscado remarcar la expresividad de los personajes a través de los gestos diversos que aparecen retratados en el grupo de los patriotas que van a morir.
Goya utiliza en este cuadro una paleta principalmente oscura, donde predominan la gama de los negros, color de la muerte por excelencia, con importantes mezclas de colores relacionados con la gama del verde. La otra gran familia cromática la forman los ocres y marrones. Sin olvidar el blanco de la camisa del hombre con los brazos abiertos que supone un gran contraste con el resto de la paleta, en su mayoría oscuros. El cromatismo que va desde el blanco de la camisa del civil hasta el negro de algunas vestimentas de los soldados.
Estilísticamente, no podemos olvidar aquí el peso de la escuela tenebrista, que sin duda debió influir en Goya. Tan solo se ve la luz que procede del candil que ilumina a las figuras. Debido la gran variedad de estilos y tendencias que atravesó Goya a lo largo de su vida, resulta inútil el tratar de englobar en su dilatada carrera esta obra, ya que si tratamos de hacerlo, encontraremos enormes diferencias dependiendo del año en que fue pintada la obra.
Si tuviéramos que englobar esta pintura dentro de un género, la incluiríamos dentro de la pintura histórica. Goya al pintar esta obra, se enfrentó a una ardua tarea, ya que debía adaptar el tema de una matanza a un formato tradicionalmente reservado a reproducir hazañas heroicas.
Goya utiliza en este cuadro una paleta principalmente oscura, donde predominan la gama de los negros, color de la muerte por excelencia, con importantes mezclas de colores relacionados con la gama del verde. La otra gran familia cromática la forman los ocres y marrones. Sin olvidar el blanco de la camisa del hombre con los brazos abiertos que supone un gran contraste con el resto de la paleta, en su mayoría oscuros. El cromatismo que va desde el blanco de la camisa del civil hasta el negro de algunas vestimentas de los soldados.
Estilísticamente, no podemos olvidar aquí el peso de la escuela tenebrista, que sin duda debió influir en Goya. Tan solo se ve la luz que procede del candil que ilumina a las figuras. Debido la gran variedad de estilos y tendencias que atravesó Goya a lo largo de su vida, resulta inútil el tratar de englobar en su dilatada carrera esta obra, ya que si tratamos de hacerlo, encontraremos enormes diferencias dependiendo del año en que fue pintada la obra.
Si tuviéramos que englobar esta pintura dentro de un género, la incluiríamos dentro de la pintura histórica. Goya al pintar esta obra, se enfrentó a una ardua tarea, ya que debía adaptar el tema de una matanza a un formato tradicionalmente reservado a reproducir hazañas heroicas.
El mismo año en que realiza esta obra, Goya pinta otro cuadro relacionado con el mismo tema: se trata de "La carga de los mamelucos" ( o "el 2 de mayo de 1808), en el que representa una escena del levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, con el que comienza la Guerra de Independencia. En este cuadro podemos observar como la caballería mameluca (mercenarios que prestaban servicio en el ejército napoleónico) aplasta la incipiente sublevación.
.También puede relacionarse con los fusilamientos la serie "los desastres de la guerra", un conjunto de 82 grabados al aguafuerte, realizados por Goya entre 1810 y 1820, en los que muestra la cara más cruel y despiadada de este episodio bélico de la historia de España.
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