lunes, 17 de enero de 2011

LA LEYENDA DEL PATIO DE LOS LEONES DE LA ALHAMBRA DE GRANADA

Hubo una vez, hace ya bastantes años, una princesa árabe.
Era bella, inteligente y sensible; pero su padre, el rey, era todo lo contrario: frío, cruel, malvado, tacaño y le gustaba mucho hacer daño.
La princesa, junto a su padre, viajó a Al-Andalus, y se alojó en la Alhambra de Granada.
Al rey, solo con pisar Granada, le entraban nauseas; mientras que a la princesa cada paso que daba le parecía un sueño.
Zaira, que así se llamaba la princesa, se sentía mas granadina que africana, ya que su país le parecía un infierno.
El rey, puesto que era muy celoso le prohibía a Zaira salir a la calle y relacionarse con la gente. Solo tenía la compañía de un talisman que le colgaba del cuello.
El lugar en el que mas tiempo pasaba la princesa, era un patio muy iluminado, donde un día se saltó un muchacho, y le dijo que la había visto desde afuera y la quería mucho; ella le respondió que también lo quería, pero que se fuera, porque como lo viera su padre o uno de sus 11 hombres, le cortaría la cabeza. Entonces se fue el muchacho con la promesa de volver.
El día en el que volvió, Arturo, que así se llamaba el muchacho, el rey lo vio y lo encerró en las mazmorras.
Poco después la princesa, abatida, porque su amado podía morir, encontró en una habitación, el diario de su padre.
Pensó que no debía leerlo, algo en su interior la impulsaba a abrirlo. Lo hizo y en una de las páginas del diario, que fue‚ escrita cuando ella tenía tan solo un año de edad, leyó lo siguiente:
"Ya he matado al rey y a la reina. De la princesa Zaira me he apiadado. Gracias a mis 11 hombres, he conseguido ocupar el trono. Espero que la princesa no se entere nunca del maleficio de su talismán. Ahora ella creerá que yo soy su padre."
Zaira, confusa, llamó al rey, a sus 11 hombres y los reunió en el patio donde ella solía estar. Llorando, le preguntó al rey si lo que había leído era verdad. El rey, convencido de que con sus 11 hombres al lado, Zaira no podía ni tan siquiera tocarlo, le dijo que era verdad.
En ese mismo instante, Zaira, tuvo un recuerdo. Recordó que su madre, le había echado un maleficio a su talismán que decía que cuando Zaira supiera la verdad, al rey y a sus 11 hombres, les pasaría algo terrible.
Entonces el amuleto se activó. Zaira, sentía que en ese momento, la rabia de un león, y eso dio lugar a que el talismán convirtiera al rey y a sus 11 hombres, en leones de piedra.
Desde entonces, a ese patio se llama el "Patio de los Leones" y su fuente tiene 12 leones alrededor que son el rey, y sus 11 hombres, que al ser convertidos en leones de piedra llevan ahí desde entonces.
Después de aquello, Zaira rescató a Arturo y vivieron felices para siempre.

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