En otra página de esta sección dedicada al Románico de Zamora se describían las excelencias de los dos templos más renombrados de la capital zamorana: la catedral y la iglesia de Santa María Magdalena. Para acceder pinche en:
Catedral de Zamora y la Magdalena
En esta página seguiremos haciendo un amplio recorrido por otros templos románicos de esta magnífica ciudad.
Dividiremos estas iglesias en dos categorías: anteriores y posteriores a la construcción de la catedral. También podemos denominarlas del "Románico Pleno" y "Tardorrománicas".
Principales iglesias del Románico Pleno en Zamora
En este apartado de iglesias antiguas (finales del siglo XI y comienzo del XII) nos ocuparemos de Santo Tomé, Santa María la Nueva, San Cipriano, San Claudio de Olivares y Santiago de los Caballeros.
Santo Tomé
La iglesia de Santo Tomé es, sin duda, una de las más antiguas de las conservadas en la ciudad de Zamora. Se encuentra ubicada en el sector sureste del casco antiguo, a no mucha distancia de las orillas del Duero.
Se trata de un templo de origen monástico. Tras múltiples reformas y destrucciones, nos debemos fijar en la cabecera de tres ábsides planos. Seguramente el templo tenía también tres naves.
Es evidente la relación entre esta iglesia de Santo Tomé y Santa Marta de Tera, al menos en lo relativo a la articulación de columnas y ventanales más la decoración de ajedrezados, y en algunas iconografías de capiteles, etc. por lo que se cree que algunos de los artífices de Santa Marte de Tera se ocuparon de este edificio.
Por tanto estamos frente a un edificio erigido seguramente en los primeros años del siglo XII.
En esta iglesia tan primitiva se funde la tradición hispánica prerrománica de ábsides con testero plano y el románico pleno del Camino de Santiago, con su rica escultura y el marchamos jaqués del taqueado.
En el interior de la iglesia, actualmente no dedicada al culto y habilitado para museo y visitas culturales, se aprecia un espacio reformado diáfano en el cuerpo del templo y una impecable perspectiva de la citada cabecera.
Los arcos triunfales son ligeramente de herradura, lo que confirma su antigüedad y los resabios conservados de etapas prerrománicas anteriores.
Desde el punto de vista escultórico lo más destacable son los capiteles del ábside septentrional, donde aparece una escena doble de la Adoración de los Magos (se repiten los reyes magos en la misma escena a ambos lados del capitel) y también de pastores.
Santa María la Nueva
La iglesia de Santa María la Nueva está situada en el límite oriental del casco antiguo y fue escenario, en 1158, del sonado "Motín de la Trucha" donde la plebe incendió la iglesia cuando se congregaba la nobleza de la ciudad.
Tras el incendio hubo de reconstruirse al filo del 1200. Afortunadamente el incendio respetó la cabecera original, de finales del siglo XI, y por tanto, una de las construcciones más antiguas de la ciudad.
Es destacable las arquerías superiores que voltean sobre finas columnillas. En tres de los paños hay rudos ventanales con columnillas decoradas con escultura casi de tradición visigótica. La técnica es de bajorrelieve y la figuración muy ruda, con motivos como un hombre entre dos árboles, otro personaje picado por dos águilas, otro hombre con las manos dentro de las fauces de leones, etc.
Otro punto importante de esta iglesia es la portadita meridional, que pertenece a la obra original. Muestra dos arquivoltas, una de acentuada herradura y dos columnas, cuyos capiteles muestran una sierena de doble cola y aves con sus cuellos entrelazados y una cabecita humana en el medio.
San Cipriano
San Cipriano es otra de las iglesias antiguas de Zamora, posiblemente del final del siglo XI y primeras décadas del XII. Fue muy reformada en el siglo XV, cuando las tres naves de que constaba, se unificó en una sola mediante arcos diafragma transversales.
La cabecera es la original y en ella hay numerosos relieves procedentes de un templo desaparecido, posiblemente un templo dedicado a San Andrés.
El primitivismo y rudeza de la escultura y el desgaste de la piedra no permiten descifrar con seguridad las escenas representadas, aunque se han dado numerosas posibilidades. Aparecen en ellas personajes humanos, una bestia de siete cabezas, un posible Daniel en el foso de los leones, etc.
San Claudio de Olivares
La de San Claudio de Olivares es uno de los templos románicos más interesantes del románico zamorano. Se ubica extramuros, al sur del castillo y la catedral y muy próxima a las agua del Duero que a lo largo de la historia la ha inundado en diversas ocasiones.
Se trata de un templo de buena época, no tardío, de una nave rectangular y una ancha y no demasiado alta cabecera de ábside semicircular. actualmente aparece casi completemente liso, tuvo columnas adosadas.
Exterior
Exteriormente, además del aspecto general del edificio, sobresale la corona de canecillos del ábside donde aparecen -maltrechos por el desgaste- numerosos canecillos figurados, entre los que no faltan escenas de tareas agrícolas propias de un mensario.
La puerta, que se encuentra en el lado norte es otro de los valores de la iglesia, con una arquivolta repleta de figuración animalística y escenas iconográficas bastante estropeadas.
Interior
Con todo, es el interior de la cabecera lo más delicioso de este buen templo zamorano.
En los capiteles de las columnas -incluyendo los de las arquerías presbiteriales- hay esculpidos numeroso animales del bestiario fantástico, entre los que destaca el famoso capitel de la pareja de centauros con arco y lanza respectivamente y una sirena en uno de los costados. Este capitel es prácticamente idéntico a uno existente en la iglesia asturiana de Santa María de Villanueva de Teverga, fechada a mitad del siglo XII, por lo que podemos datar la zamorana por estas mismas fechas.
También hay leones, grifos, sirenas ave, etc.
Hay una escena historiada interesante, la de Sansón desquijando el león.
En todos ellos trabajó un artista o taller que caracteriza sus esculturas por lo voluminoso de las figuras y por uno típicos rostros de pelo con raya central, ojos saltones y larga y redondeada barbilla.
Santiago el Viejo o de los Caballeros
Se trata de una de las iglesias más interesantes y misteriosas de toda Zamora. Además de Santiago el Viejo y Santiago de los Caballeros, se conoció como Santiago de las Eras, por su ubicación campestre. Se desconoce si su erección fue de uso parroquial o monástico.
No muy alejada de San Claudio de Olivares, Santiago el Viejo es una pequeña iglesita extramuros. El aspecto exterior es de suma modestia, con apariencia de fábrica de mampostería y sillares desalineados, aunque probablemente este desmañado aspecto se deba a un hundimiento y posteriores obras de reconstrucción (tal extremo se aprecia en el recrecimiento que ha acabado con casi todos los canecillos).
Su planta es de una pequeña nave con cabecera constituida por ábside semicircular y muy corto presbiterio. A pesar de su apariencia de ermita rural tardía, estamos ante otra de las iglesias más antiguas del románico zamorano, aspecto que se descubre inmediatamente al observar el magnífico interior de su cabecera, con arco triunfal de gran monumentalidad y magníficos capiteles. En efecto, dicho arco está formado por varias arquivoltas en degradación -como una gran portada- de medio punto.
En la terna de capiteles de cada laso se pueden ver escenas de gran complejidad. En los casos más sencillos se adivinan aves, leones, dos personajes con una serpiente (quizás Adán y Eva) etc.
Existen columnas en la nave que pudieron recibir los fajones de una desaparecida bóveda pétrea de medio cañón, Tiene sendos capiteles muy voluminosos y de compleja iconografía. Presentan numerosos animales y personas -algunas con evidentes actitudes sexuales- amontonados en escorzos y extrañas posturas, que han sido asociadas al infierno o al pecado de la lujuria, pero se nos antoja harto difícil considerarlo más allá de simples suposiciones.
Principales iglesias Tardorrománicas
Aquí abordamos las iglesias de las últimas décadas del siglo XII y comienzos del XIII, como San Juan de Puertanueva, Santiago del Burgo y San Esteban.
San Juan de Puertanueva
Este templo ha sido uno de los más alterados por derribos y reconstrucciones, desde el siglo XVI al XVIII, por lo que ha perdido su fisionomía original tanto al exterior como en el interior.
Sin embargo, la fachada meridional se conserva bien, por fortuna, ya que es verdaderamente espléndida y singular, tanto por su belleza como originalidad. La gran portada se articula mediante tres anchas y grandes arquivoltas abocinadas y decoradas con grandes flores que apoyan sobre parejas de columnas geminadas.
El conjunto es rodeado por dos altas columnas que llegan hasta el tejaroz soportado por canecillos. Entre éste y la puerta hay un rosetón, que es considerado como el más bello de Zamora. Tiene forma de rueda de carro con columnillas radiales que terminan en marco circular con la cruz de Malta calada.
Santiago del Burgo
Bien restaurado, este templo románico denominado Santiago del Burgo, de la segunda mitad del siglo XII tiene planta basilical de tres naves rematadas en cabecera con tres ábsides planos, de tradición zamorana.
Su exterior se encuentra salpicado de grandes portadas de contrastada belleza.
Tiene tres, en los costados meridional y septentrional, además de la que se halla en el hastial occidental.
La puerta del muro meridional es conocido por su pinjante, mientras que la la fachada occidental destaca por la belleza de los lóbulos de sus tres arquivoltas.
El interior transmite una gran sensación de medievalidad, por su tamizada oscuridad y el equilibrio de formas. Es destacable la altura de la nave central.
Los apoyos están constituidos por pilares cuadrados sobre plintos y semicolumnas embebidas a cada una de las caras. Los capiteles pertenecen a dos escuelas, aunque en general ambos tipos inciden en la temática vegetal.
San Esteban
La iglesia de San Esteban tiene cabecera tripartita con todos los ábsides planos, al modo zamorano El ábside central tiene un gran ventanal muy elegantemente articulado con arquivoltas y parejas de columnas.
Además, muestra dos ingresos en los lados sur y norte, con arquivoltas aboceladas y de escocia de medio punto. La puerta del sur es más grande que la norte.
Otras iglesias románicas de Zamora
En el apartado de 'otras iglesias' de Zamora la nómina sigue siendo amplia. Aunque no tengamos ninguna guía a mano, un sosegado paseo por las calles del casco antiguo de Zamora nos hará descubrir múltiples rincones e iglesias románicas.
Entre ellas citamos la de Santa María de Horta que es un templo muy tardío, posiblemente de las primeras décadas del siglo XIII. Son notables su ábside y sus portadas. Tampoco defrauda su interior aunque se aprecia ya que estamos ante un edificio tardío.
San Isidoro es una pequeña iglesita tardía que la hallaremos muy cerca de la catedral y el castillo. Está muy bien conservada y restaurada.
Otra de las iglesias románicas de Zamora que muestra elementos de interés es la de San Vicente con su espigada torre campanario y su portada muy decorada.
La torre tiene varios pisos separados por molduras y tres de ellos-los superiores- tienen troneras en número ascendente de 1 a 3 a media que subimos.
Por su parte, la portada, aunque bastante erosionada en las arquivoltas exteriores, tiene una rica decoración vegetal que recuerda un tanto a la meridional de La Magdalena.
En cuanto a la iglesia de San Ildefonso tiene una bonita portada que es un claro remedo de la del Obispo de la catedral.
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Información obtenida de: Arteguias
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